Más fuertes que nunca
Después de los autos Ford, los White Stripes son el producto más demandado de la ciudad de Detroit pese a que la singular banda ha grabado en Nashville sus últimos cuatro discos, alegando que Jack White siempre ha considerado haber nacido en la ciudad equivocada.
Cuando en 1997, White decidió abandonar la banda Goober and the Peas –en la que tocaba la batería– para formar junto a Meg un proyecto de garage rock influenciado por ritmos nativos de Tennesee y por grupos locales como The Stooges y MC5, seguramente no imaginó las dimensiones que éste alcanzaría, pero sí dejó en claro que su música sería arquetípica o no sería.
El sello característico de The White Stripes es la estampida que Jack libera a voluntad, valiéndose de trucos básicos de la guitarra como la distorsión, el feedback y los riffs sucios.
Pero su presencia no se limita a las cualidades que posee como virtuoso de las seis cuerdas. Además de componer y producir, el hombre carga con el peso de la banda sobre el escenario, y aún cuando en los dos últimos discos Meg ha cobrado una presencia más notoria, su principal virtud sigue siendo saber cuándo dejar de tocar para permitir que Jack se luzca.
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A diferencia de Get Behind Me Satan, donde las marimbas y el piano ponían el sazón, en Icky Thumb son las gaitas escocesas, los sintetizadores análogos y las trompetas de mariachi las que marcan el rumbo.
Con Icky Thump, The White Stripes celebran diez años de carrera como una de las bandas más prolíficas de nuestros tiempos. Jack atraviesa por un gran momento, y aunque no se cansa de afirmar que éste no será el último disco del dúo, sólo el tiempo dirá si es posible la convivencia armónica entre ellos y The Racounters, quienes ya preparan un segundo álbum.
La música en “Icky Thump” es tan salvaje que pone en duda si de verdad Jack White se encomienda al maligno a la hora de hacer música. En la canción que da nombre al disco, un delirante sintetizador análogo Univox de 1946 contrasta con las guitarras grasosas que se mantienen la mayor parte del disco.
El disco suena mas pesado, pero al mismo tiempo sigue dandole vuelta a una gran variedad de ritmos para servir a suss própositos narrativos. Desde las alegorías celtas y las gaitas en “St. Andrew (This Battle Is In The Air)”, pasando por las trompetas de Mariachi en “Conquest”, hasta las guitarras a la John Lee Hooker en la genial “Catch Hell Blues” la esencia ecléctica sale a relucir.
En “Rag and Bone” la presencia de Meg cobra fuerza sobre una guitarra que recuerda a Led Zeppelin. Mención aparte merece “A Martyr For My Love For you”, corte en el que Jack ventila sus tormentos románticos de forma deliciosa.
“Icky Thump” es un álbum poderoso, de esos que te motivan a levantarte del asiento para subirle dos rayitas al volúmen.
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Siento cierta innovación en ese album... es muy bueno.
saludos!