Por Pedro Escobar
Artículo publicado en el número de Septiembre 2007
de la revista Círculo Mix Up
de la revista Círculo Mix Up
Cuando se maneja de noche en carretera ocurre un fenómeno muy particular: el radio parece jugar a la ruleta rusa y entre estática e interferencia comienza a captar sonidos de la más diversa índole: desde fragmentos de una conversación hasta alguna canción de The Clash entremezclada con “El son de la negra”.
Esta especie de pirinola musical ha sido refinada a través de los años por José Manuel Tomás Chao (Manu, para los cuates), hasta el punto de convertirla en un estilo propio con patrones recurrentes como la mezcla de idiomas, el uso de sonidos cotidianos, las consignas de protesta o las voces de distintas latitudes unidas por una misma temática: conservar la esperanza ante un mundo cada vez más caótico.
El artista más emblemático del mestizaje canta en inglés, francés, español, árabe, portugués y catalán, con la soltura que le da el saberse un producto de la diversidad cultural. Manu nació en Francia hace 46 años y su familia es de Galicia, aunque ha pasado gran parte de su vida viajando por África, Europa y Sudamérica.
Con ayuda del Radio Bemba Sound System –el colectivo de músicos y artistas que lo acompaña en sus viajes desde 1995– ha documentando una gran cantidad de vivencias y fotos sonoras que sirvieron de inspiración para Clandestino (1998) y Próxima Estación: Esperanza (2001), placas que recogen las ilusiones, frustraciones, alegrías y tristezas de la gente que el ex-líder de Mano Negra ha conocido al lado del camino y que ha sabido transformar en consignas de denuncia social y política en favor de mejores condiciones de vida para los países tercermundistas.
Esta especie de pirinola musical ha sido refinada a través de los años por José Manuel Tomás Chao (Manu, para los cuates), hasta el punto de convertirla en un estilo propio con patrones recurrentes como la mezcla de idiomas, el uso de sonidos cotidianos, las consignas de protesta o las voces de distintas latitudes unidas por una misma temática: conservar la esperanza ante un mundo cada vez más caótico.
El artista más emblemático del mestizaje canta en inglés, francés, español, árabe, portugués y catalán, con la soltura que le da el saberse un producto de la diversidad cultural. Manu nació en Francia hace 46 años y su familia es de Galicia, aunque ha pasado gran parte de su vida viajando por África, Europa y Sudamérica.
Con ayuda del Radio Bemba Sound System –el colectivo de músicos y artistas que lo acompaña en sus viajes desde 1995– ha documentando una gran cantidad de vivencias y fotos sonoras que sirvieron de inspiración para Clandestino (1998) y Próxima Estación: Esperanza (2001), placas que recogen las ilusiones, frustraciones, alegrías y tristezas de la gente que el ex-líder de Mano Negra ha conocido al lado del camino y que ha sabido transformar en consignas de denuncia social y política en favor de mejores condiciones de vida para los países tercermundistas.
Gracias a este carácter de su obra, los medios le han catalogado como un líder de opinión del que hay que estar pendiente acerca de cada cosa que dice y hace. Asunto que maneja con cautela cuando declara: Hay responsabilidades que asumes totalmente. Si eres padre tienes responsabilidad con tus hijos, pero cuando hacen de ti un personaje político que tiene que opinar sobre esto y aquello, sabes que mucha gente se lo va a tragar porque lo dice Manu Chao y ésa es mucha responsabilidad.
Enfrentado a la eterna relación de poder y responsabilidad, Manu sobrelleva los conflictos existenciales de Spider-Man combinando sus obligaciones de padre (tiene un hijo de 8 años), con el poder que le da ser una de las figuras latinas con mayor credibilidad en Europa y América Latina.
A dos años de distancia, desde el disco en directo Radio Bemba Sound System (2002), y seis de su última producción de estudio, el francés regresa con La Radiolina. Un disco en cuya portada aparece la pregunta que todos nos hacemos ante el curso que están tomando las cosas en el planeta: “¿Y ahora que?”.
Mensajes del tipo "demasiada hipocresía en Palestina" y "este mundo se vuelve loco" se escuchan a lo largo de esta nueva entrega que critica fuertemente la guerra con Irak y las políticas económicas del gobierno del presidente George W. Bush.
Aunque la esperanza de Manu aún no se ha convertido en desesperación, es evidente que no es ajeno a los efectos caóticos de la globalización que reinan en todo el mundo. Es por eso que la pregunta en Amplitud Modulada de La Radiolina no es si hay o no solución, sino cómo organizarnos para hacer algo al respecto.
Labels: Artículos