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Cerveza y Rock and Roll, dos ingredientes elementales para reventar la noche circulan entre el público mientras la primer banda toma por asalto el escenario. Se trata de Los Implantes, agrupación originaria de Monterrey que sacude a la audiencia con su peculiar mezcla de indie rock, surf y garage que conecta directamente con los pies y el hemisferio izquierdo del cerebro.

Uniformados con camisa verde, corbata y gafas oscuras, la banda regia calienta la noche con su música divertida y sus bailes freneticos a lo largo del escenario. “Everything its allright”, “Too Late” y ”Her Boobs” tema incluido en la compilación oficial del Indie Bud Tour, fueron los cortes mas celebrados de su set antes de la primer sorpresa de la noche, “Bule Bule”, un cover al éxito de los sesentas que dejó bailando al respetable.



La siguiente banda en tocar fue un viejo conocido del público tapatio: Becker, banda nativa de Guadalajara con una larga trayectoria y reconocimiento en el circuito local que demostró que al menos en Jalisco, los de Becker son profetas en su tierra.

Temas como “Lejos” y “Para siempre” fueron bien recibidos por el publico, en especial la interpretación en vivo de “Cerca”, sencillo promocional de su EP “Andes’ que ya suena en la radio nacional y que dejó calientito el escenario del Indie bud Tour para el acto principal de la noche.

El plato fuerte de la noche llegó cuando The Dandy Warhols subieron al escenario. La banda de Portland tuvo un cálido recibimiento por parte de un público que se involucró con un set que transitó de lo introspectivo a lo incendiario. La noche abrió con temas como “You come in Burned” en donde Courtney Taylor-Taylor, demostró su maestría combinando sus obligaciones en la guitarra y voz principal con un magistral dominio de las percusiones, logrando comandar la nave en línea ascendente hacia los momentos mas álgidos, patrocinados por la guitarra deslizante de Peter Holmstrom en cortes como “Be In” y “We used to be friends”.

Los Warhols ofrecieron un set radicalmente superior en cuanto a intensidad y respuesta del publico con respecto a su show del viernes anterior en el Motorokr fest, lo cual fue evidente cuando comenzaron a sonar éxitos de su repertorio, desde “Ride” y “Boys Better” del álbum debút “Dandy’s Rule Ok” hasta los clásicos “You Were The last High” y We used to be friends” del “Welcome to the Monkey House”.


Para el cierre, los de Oregon reservaron un par de temas que literalmente pusieron a brincar al público: por cortesía de Brent De Boer sonó el primer redoble de batería de “Get Off”, tema obligado en cualquier show de The Dandy Warhols y que el publico acompañó con palmas y coros de principio a fin hasta que la guitarra de Courtney Taylor-Taylor entonó los primeros acordes de “Bohemian Like You”, la canción más representativa de la banda y que fue ampliamente celebrado por una audiencia que no dejó de brincar hasta el final de la canción, y de la tocada.

Al final, Zia McCabe -tecladista de la banda-, demostró que el entusiasmo de los tapatios fue bien correspondido por los Warhols al afirmar: “El show de esta noche es uno de los mejores en los que hemos tocado en lo que va del año!”.

En la audiencia, por supuesto, no hubo una sola alma que se atreviera a contradecir a la dama.

Labels: crónica

"Mentor Tormentor" es un disco que explora diferentes escenarios emocionales sin llegar a perderse en la bipolaridad total. Son 15 tracks que lo mismo hablan de la soledad y la añoranza ("Happy Alone", "Nevermind the phonecalls" ) que de la ternura y la ilusión de un nuevo amor ("Gonna break into your heart" y "Nothing is true").

Aunque ningún tema desentona del resto, los mejores momentos llegan cuando las voces de Espinoza y Murray se complementan con la sutileza del piano y las guitarras acústicas en temas como "Bloody nose" y "Cold cold heaven" .

Al final, el disco opera como una granada de fragmentación que dispara esquirlas emocionales en torno al escucha, por lo que es casi imposible que alguien con un gramo de sensibilidad se salve de ser impactado por la belleza armónica de un disco que tiende a crecer conforme se escucha por segunda o tercera ocasión.

Labels: reseñas

Extraños son los caminos del Rock, hace apenas unos años el simple hecho de mencionar a Johnny Cash o Neil Young como principal influencia de una banda hacia brotar salpullido a los seguidores a ultranza del rock alternativo.

Hoy en día, la internacionalización del género “Indie” ha hecho que lo “ecléctico” sea condición obligada en toda agrupación que se jacte de propositiva.

Band of Horses es uno de esos grupos que aprovecha las bondades del mestizaje musical para lograr un sonido propio. El proyecto formado por Ben Bridwell y Matt Brooke en 2005, homogeniza brillantemente generos anteriormente irreconciliables como el Rock clásico y el Country del sur de los Estados Unidos.


Basta escuchar un par de acordes de su música, para sorprender al fuereño desprevenido con una cabalgata de sensaciones brillantemente conducidas por la versátil voz de su líder Ben Bridwell. El falseto de su vocalista es el hilo conductor que entreteje su propuesta, pero es también el principal contrapeso en la carrera de Band Of Horses, debido a las enormes similitudes entre éste y el vocalista de My Morning Jacket, Jim James. Pese a todo, en 2006 la banda editó “Everything All The Time”, un primer largo que obtuvo un buen recibimiento en el circuito indie norteamericano.

Con su ingreso a las filas del prestigioso sello Sub Pop, la banda encontró el impulso necesario para recorrer con éxito la Unión Americana al lado de Iron & Wine y The Shins, pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, y justo cuando el futuro parecia mas prometedor, el éxito del proyecto alterno de Matt Brooke (Grand Archives) originó que éste abandonara la banda a mediados del 2006.

Un año después, Ben Bridwell ha tomado las riendas de sus caballos y junto a Rob Hampton (guitarra) y Creighton Barrett (batería) ha editado “Cease to Begin”, un disco que pone en evidencia la afición del grupo por los títulos metafóricos y por las guitarras slide con tintes sureños.

La inspiración del álbum surge a partir del regreso del trio a Carolina del Sur luego de 8 años de residencia en Seattle, lo cuál explica que gran parte de las canciones irradien el sentimiento country que Johnny Cash definió tan bien en su libro “Autobiography”: “La música country es el sonido de la vida en el campo, es la voz de Dios que habla por medio del ritmo de la tierra y los ciclos de la naturaleza”.

Este concepto orgánico también es una constante en el arte de “Cease to Begin”, en la portada, el fotografo Christopher Wilson plasma dentro de una hermosa toma nocturna una abstracción de la bandera del estado de Carolina del Sur.

Cabalgar por el sonido de esta placa es iniciar un viaje músical que a veces se mueve como estampida intrumental y otras como el tranquilo trote de un caballo avanzando al compás de una delirante guitarra slide. Con apenas dos discos en su haber, Band of Horses sigue deslumbrando por su particular forma de hacer música llena de intensidad y eclecticismo.

Un delicioso rock sureño comienza a sonar con los primeros acordes de “Is There a Ghost”, la joya que abre prodigiosamente “Cease to Begin”, segunda producción del trio sureño, Band Of Horses.

El álbum es un recorrido por emociones que van de la desesperanza (“No one’s gonna love you”, “LRC”) pasando por el homenaje a un basketbolista de los Supersonics de Seattle (“Detlef Schrempf”) y hasta las armonías llenas de sentimiento Country (“Window Blues”, “Cigarettes, Wedding Bands”). La variedad de instrumentos de cuerda como guitarras slide, bajo y banjo, dan a este disco una dualidad tan sublime y terrenal como el arte de su portada: una noche en la que fulgura la luna en cuarto menguante sobre un lago.

Band of Horses ha creado un disco que se disfruta de principio a fin. Los 10 tracks que lo componen invitan a galopar por territorios musicales poco transitados, pero que valen mucho la pena explorar.

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